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Por: Franco Lómez

 

Rumbo al Ascenso tuvo el placer de revivir la carrera de Juan Manuel Ortiz con el mismo protagonista, una trayectoria que paso desde el Estudiantes de Carlos Salvador Bilardo hasta Danubio Campeón Uruguayo.

 

Desde niño el “pelo” se adentró en el mundo del fútbol jugando en el club Playa Honda del barrio Malvín, donde disputaba la Liga Interbalnearia. Su paso en el ultimo año de las categorías iniciales de este deporte seguiría en el popular Urreta Fútbol Club donde con 13 años disputó un campeonato en Peñaflor (Chile) previo a unirse definitivamente al equipo.

 

El primer nombre que apareció en el camino de Juan Manuel hacia la profesionalidad fue el del Club Nacional de Football, donde entrenó durante menos de un año hasta que oficialmente su fichaje no se confirmó.

Finalmente Racing Club de Montevideo fue el primer equipo de Ortiz en la historia de su carrera, de allí su nombre en el país paso por las instituciones del Club Atlético Cerro, Danubio Fútbol Club, Club Atlético Peñarol, Club Atlético River Plate (Uruguay), Centro Atlético Fénix, Club Sportivo Miramar Misiones, Albion Football Club y actualmente el jugador milita en el Club Sportivo Cerrito.

El deporte rey no solo lo llevó a formar parte de instituciones uruguayas sino también a jugar en el vecino país Argentina en los clubes de Estudiantes de la Plata y el Club Atlético Huracán.

El actual jugador de Cerrito también supo vestir la camiseta celeste de la selección uruguaya de fútbol cuando al mando del equipo estaba Juan Ramón Carrasco.

 

¿Cuáles fueron las razones del no fichaje en Nacional y como se da a partir de ese momento tu llegada en Racing?

 

 Mi llegada a la séptima de Nacional no se da principalmente por lo físico, yo era muy veloz si pero también muy flaquito, me faltaba desarrollarme y al lado de mis compañeros eso se notaba por eso fue que me costó mucho entrar en ese grupo.

Por suerte después de eso mi entrenador del Urreta, Toni Di Candia llega a la séptima de Racing se acuerda de mi y me lleva al club, es ahí cuando dejo de ir a Nacional y empiezo a entrenar con Toni en una situación nada que ver a la anterior porque me integro rápidamente al plantel, me fichan enseguida, incluso ya jugaba partidos.

 

¿Te acordás de tu debut en la escuelita?

 

–      Fue un 29 de mayo de 2001 en la cancha de Cerro pero estoy casi seguro que era contra Bella Vista. Me toco el típico debut tocando dos veces la pelota entrando de suplente y jugando unos 15 minutos, lo primero que se me pasó por la cabeza en ese momento fue el esfuerzo de lo que viví para llegar ahí, incluso de los viajes de una hora y media en ómnibus de mi casa hasta el complejo de Racing, todos los que pasamos por eso tuvimos que hacer ese sacrificio pero eso fue lo primero que se me vino a la mente.

El viaje al exterior apareció rápido en tu carrera ya que Estudiantes de la Plata fue tu tercer equipo luego de jugar seis meses en Cerro ¿Cómo se da la llegada al pincharrata? 

 

–      Yo estoy del 2001 al 2002 en Racing, luego me voy seis meses a Cerro a principios del 2003, mas o menos en el mes de  julio es que esta Carrasco en la selección uruguaya y me cita, ahí es que estoy un tiempo entrenando con Uruguay  cuando en ese año Nacional se va a jugar una copa de la paz a Corea.

En ese entonces yo compartía las practicas con Alejandro Lembo, Gustavo Munúa y Horacio Peralta, el día en que ellos viajaban a Corea se acerca Juan Ramón y me dice apronta el bolso que a las cinco de la tarde viajas con Nacional, sin pensarlo voy a mi casa armo todo y me voy a la sede a firmar el contrato para viajar con ellos a esa gira en Corea. Estando allá me entero que mi contrato, el que yo había firmado no se puede registrar en la Auf porque yo era jugador de Racing y me había ido a préstamo a Cerro ese año, y como la idea era ir a préstamo también a Nacional no se podía hacer eso dos veces en el año, por eso es que mi contrato no se hace, me tenia que quedar en Cerro, ir a mi club de origen o irme a un equipo del exterior. Cuando vuelvo de la gira se da la posibilidad de irme a Estudiantes y bueno era o quedarme en Cerro, volver a Racing o irme a Argentina, ahí es cuando decido por el exterior.

 

¿Llegaste a sumar minutos en la gira de Corea?

 

–      Si bien no se podía registrar el contrato acá para ese campeonato estaba habilitado, entonces entre cinco minutos en el primer partido contra Los Ángeles Galaxy, después el segundo que jugamos fue con el Psv, es en la  previa de ese juego cuando yo me entero que no me puedo quedar en Nacional. Daniel Carreño que era el entrenador en ese momento, me comunica lo que paso y me dice que aun así quiere que entre de titular y así fue que sume minutos desde el vamos contra el Psv y también en el tercer partido con el 1860 Munich, después de ese ultimo partido es que me tengo que volver al país.

 

¿Fue una frustración que se escapó el pase a Nacional en dos ocasiones?

 

–      Fue tremenda frustración lo recuerdo como uno de los peores momentos que viví en el futbol, porque yo en ese entonces tenía alrededor de veinte años y estaba en Cerro cuando de un día para otro me cita en la selección Carrasco. Me encuentro entrenando con jugadores como Forlán, Recoba, con los ídolos, cuando me sale el irme a Nacional, en un mes y medio me había cambiado todo, lo que paso fue que Carrasco cuando me llama para decirme que voy a Corea me dijo ándate solo si firmas contrato, si no lo haces no te vayas porque yo te voy a utilizar acá. Cuando vuelvo de la gira me entero que no puedo jugar en Nacional y que Carrasco no me cita más porque se ve que pensó que yo no había firmado y me había ido igual, de la noche a la mañana me quede sin el cuadro grande y sin la selección.

 

Luego de pasar por ese momento gris en tu carrera se da tu llegada a Estudiantes, ¿Como fue la experiencia en el equipo de La Plata? 

 

–      La experiencia fue increíble empezando por el hecho de que mi entrenador era Carlos Bilardo. El problema estuvo en que yo no lo supe aprovechar o valorar en ese momento como realmente lo tendría que haber hecho, es ahora de grande y con el hecho de que tengo el curso de entrenador realizado es que me doy cuenta de cómo tendría que haber aprovechado tener ese técnico y aprender de el principalmente en lo táctico, pero cuando uno tiene esa edad quiere jugar al fútbol y punto, no prestas tanta atención. Me quedo con el recuerdo de ese equipo y de lo buena persona y enfermo por el fútbol que es Bilardo.

 

Las palabras Bilardo, anécdotas y cábalas en el fútbol van de la mano ¿De que cuales te acordás hasta hoy en día?

 

–      Cábalas era impresionante la cantidad que tenía, era un tipo que vivía las 24 horas del día pensando en fútbol al nivel que tenia en el complejo una oficina en la que siempre estaba, fueras al momento que fueras siempre estaba parado escribiendo en el pizarrón, se notaba que venia de otra escuela de una en la que se concentra muchísimo, cuando era el era jugador concentraron cerca de tres meses seguidos antes de jugar la final del mundo con Estudiantes, por eso es que a nosotros nos hacía concentrar muchísimo también me acuerdo que los que tenían esposa e hijos tenían mucho más libertad para salir que los solteros, me paso una mañana de entrenamiento que yo volvía del apartamento porque justo me toco irme, que un compañero se me acerca y me dice no sabes la que se mando Bilardo ayer, “a las tres de la mañana nos despertó a todos nos hizo cambiarnos y salir para la cancha a entrenar una jugada  de pelota quieta para después de una hora bañarnos y volvernos a acostar” yo me imagine que el tipo estaba en la oficina pensando en algo que no pudo aguantar al otro día para entrenarlo.

De las cábalas me acuerdo que estaba prohibido el color verde, no lo puede ni ver al nivel que una vez llegó un compañero con una mochila de ese color y le dijo que no podía entrar ni venir más con esa mochila.

Después hubo una en el estadio de Lanús en un partido que me acuerdo que cuando estábamos llegando al banco nos damos cuenta que habían tirado sal por todos lados, ahí fue cuando Bilardo nos hace sentarnos a todos fuera del banco contra el murito hasta que limpiaran todo y tiraran azúcar, anécdotas y cábalas como esas hay mil. El día del famoso “esto es gatorade señorita” me toco jugar en la reserva de Estudiantes en el Monumental, cuando entro al vestuario y me cuentan que salio con una sombrilla y una botella de champagne no lo podía creer, hasta hoy en día tengo la duda si era o no gatorade.

¿Como futbolista te sirvió tu paso por el conjunto pincharrata?

 

–      En ese momento para mi era lo mejor irme a Estudiantes pero mirándolo hoy con el diario del lunes no se si fue la mejor decisión irme, tal vez me hubiera quedado a jugar acá en Uruguay. De todas manera el haberme ido a vivir solo a otro país y con 21 años me sirvió en todo sentido aunque no se si futbolísticamente fue la mejor decisión, pero como persona estoy seguro que me sirvió muchísimo.

 

Tu revancha en Uruguay llegó pronto ya que Danubio fue tu nuevo destino ¿Cómo fue tu paso por el conjunto de la franja?

 

–      Fue de las etapas más lindas que pase en el fútbol consiguiendo con ese equipo ser campeones uruguayos, también del clasificatorio y del apertura. Personalmente yo alternaba entre la titularidad y el banco pero teníamos un plantel que si te lo pones a analizar jugador por jugador era un plantel impresionante en ese momento.

 

En ese entonces Danubio le gana el campeonato uruguayo a Nacional ¿Fue una revancha personal para vos ese año?

 

–      Antes de esa final por el uruguayo nos habíamos cruzado obviamente en el campeonato, me acuerdo claro de un partido en Jardines que íbamos perdiendo uno a cero y me toca entrar en el entre tiempo para hacer los dos goles que ponen el dos a uno final. Me acuerdo que en Cerrito tuve a Fernando Machado de compañero que había sido jugador de Nacional en ese 2 a 1 y me conto que en ese partido Hugo De León quien era el entrenador de ellos, en el descanso tira la indicación de que no se preocupen por marcarme en las pelotas quietas o aéreas porque yo no tenía cabezazo, justo tocó que mi gol del empate fue de cabeza.

Ese día para mi estuvo buenísimo, me lo tome como una revancha si pero personal, no tanto con el club porque no había quedado resentido con la institución en si por el hecho de que fue un tema reglamentario en el que ellos no pudieron hacer nada. Fue una revancha de demostrarme a mi mismo y de pensar que pude estar en esa vereda pero no fue así.

 

¿Cómo fue tu salida de Danubio y tu veloz paso por Cerrito?  

 

–      En mis últimos seis meses en Danubio se va Pelusso y llega Gustavo Matosas, es con el que no tengo mucha continuidad y estaba básicamente pintado, igualmente en esos últimos meses perdimos mucho, no jugamos bien, es recién al año siguiente cuando yo ya no estoy que al club le va bien e incluso salen campeones uruguayos en el 2007.

Por suerte con Cerrito en primera tuvimos un campeonato muy bueno en el que terminamos entre los equipos de arriba e incluso tuvimos la chance de ganarle a los grandes un par de veces, luego de esos muy buenos meses es que se da mi pase a Peñarol.

 

¿Cómo viviste el entrar en Peñarol luego de estar cerca de Nacional tantas veces?

 

–      Yo me acuerdo que ahí en ese período de pases sonaba en los dos grandes, y lo primero que se me vino a la mente fue cuando el vicepresidente de Nacional en Corea me dijo que las puertas quedaban abiertas. En el 2007 cuando me nombraban en los dos grandes, es el entrenador de Nacional de ese entonces el que no me quiso, como en Peñarol estaba Gregorio Pérez y me dijo veníte que yo te quiero no lo pensé mucho más y fui.

 

Llegaste a Peñarol en unos años muy complicados en el que no se daban los campeonatos ¿Cómo viviste ese paso en el equipo de Gregorio Pérez?

 

–      Me acuerdo clarísimo que Peñarol venía mal de hace varios años y sin la clasificación a las copas, a pesar de que el objetivo principal era salir campeón se hacia saber la necesidad de clasificar a una copa internacional era muy importante.

Antes que nada tengo que decir que Gregorio es una tremenda persona, de las mejores que conocí en el fútbol.

Ese año fue muy bueno y muy malo porque la primer etapa se nos dio muy bien incluso con el plus de haber ganado el clásico, el de los tres goles de Silvio Méndez, con todo eso se vivía un momento de color de rosas, le habíamos ganado tres a cero a Nacional y llegamos a la final del campeonato, venía todo notable creo que mejor era imposible, me acuerdo que salía a la calle y la gente me reconocía, me pedía fotos incluso salía a comer y muchas veces no pagaba porque me invitaban, para mi eran cosas increíbles. Pero todo eso cambió cuando perdemos la final con Danubio por penales y encima vamos a la liguilla y perdemos el clásico y no clasificamos a la copa, pasamos de que todo fuera perfecto de sentir el cariño de la gente a no llegar a ningún objetivo y no poder salir a la calle porque realmente me daba miedo, viví los dos extremos de estar en un cuadro grande. Recuerdo que me paso en ese momento después de que perdimos todo, de ir caminando por la calle y que me agarren dos personas de atrás recriminándome por lo que paso pero muy violentamente al nivel de que me tuve que ir porque pensé que me mataban, si yo no hubiera estado con un amigo en ese momento no se como terminaba, elegí quedarme en casa y evitar todo eso, fueron momentos muy jodidos los que vivimos en el plantel luego de haber perdido el clásico y la clasificación.

 

¿Fue por esos momentos complicados que elegís irte a Huracán y volver a la Argentina?

 

–      Yo tenía contrato un año y medio en Peñarol pero la recisión se da cuando llega Matosas. Yo me quería quedar, quería la revancha a pesar de todo lo que pase, para mi teníamos como para salir campeón, pero cuando vi que llegaba al club un entrenador con el que yo no tuve minutos en Danubio me imagine que tenia salida y termino yéndome a Huracán.

 

¿Qué fue lo mejor que te dejó tu pase por un club como Peñarol?

 

–      Primero que nada me dejó enseñanzas de los momentos malos y buenos, después obviamente yo tengo mucho en cuenta el haber estado con jugadores clase A, pero sobre todo con personas clase A, el haber jugado con Paolo Montero y el Mago Capria son cosas que no me las va a quitar nadie, puedo decir que estuve en un plantel con ellos. Por suerte el fútbol también me dio la oportunidad de haber tenido a Bilardo de entrenador y de compartir entrenamientos con la brujita Verón en Estudiantes, las cosas de ese estilo para mi son momentos y personas que el fútbol me hizo vivir y que  yo recontra valoro.

 

¿Cómo fue tu paso por Huracán en tu retorno al futbol argentino?

 

–      Yo llego a Huracán porque en ese entonces el técnico era el turco Mohamed, intimo amigo del mago Capria que fue el que me recomendó hablando muy bien de mi para que yo fuera al club.

El primer día que lo conozco al turco lo veo y me dice “venís acá recomendado por un muy buen amigo mío, asique ya sos uno más, sentite de esa manera” yo me entere de la recomendación y demás ese día cuando me dijo eso, por suerte después tuve la oportunidad de agradecerle al mago.

En lo futbolístico en los primeros meses que estaba el turco me fue muy bien pero después se va y llega Osvaldo Ardiles que no me quiso, entonces estuve los últimos meses entre el banco y el ni siquiera ser citado, si hubiese seguido Mohamed hubiera sido todo de otra manera.

 

En tu segunda vuelta al fútbol uruguayo vivís una etapa de cinco años en Fénix ¿ Cual es el porque de ese largo período?

 

–      Porque me lleva Rosario Martínez que esta varios años en el club, yo a esa etapa la cuento y la tomo como la que más disfrute del fútbol, la que mejor me sentí yo junto con la de Danubio.

Rosario tiene una forma particular de jugar que con mis características me sirve por el hecho de que tenés que estar muy bien físicamente para jugar al contragolpe, con ese 4-4-1-1 que marcaba Rosario el equipo se sentía muy cómodo, teníamos a jugadores muy rápidos como Hernán Novick por nombrarte a alguien, que entendía muy bien a lo que jugábamos. No fue casualidad que en esos años nos fue re bien incluso clasificamos a la copa, jugamos sudamericana, fueron de los años que mejor me sentí.

 

Antes de llegar a tu actual equipo Cerrito, pasas por Miramar Misiones, ¿Como fue la etapa en el cebrita?

 

–      Yo llego a Miramar luego de estar un par de meses sin equipo ya que no se me renueva en Fénix por una lesión en el ultimo año de contrato, me costó cerca de un año el recuperarme.

La persona que me llama para que llegue a Miramar que en ese momento estaba en la B en el primer año que había descendido es Daniel Sánchez, como tenían un proyecto al que le interesaba tenerme y yo luego de venir de una lesión no me quedaba mucha opción opte por dar el si y llegar al club.

En esos años nos falto mucho, estábamos económicamente mas o menos, yo le tengo un gran cariño al club pero en realidad me quede en Miramar porque nunca llego una opción mejor hasta que en el ultimo año me sale irme a Albion.

 

Hoy en día estas viviendo tu cuarta etapa en Cerrito ¿Cómo te sentís con la institución y los hinchas siendo tu nombre ya relacionado al auriverde?

 

–      Con los hinchas la relación siempre fue excelente incluso desde mi primera etapa, a partir de ahí cada vez que tuve que enfrentar a Cerrito la gente me saludaba igual. Me siento muy cómodo en el club, de hecho ya te digo que siento que es el equipo al que más pertenezco, si tuviera que elegir a uno de más pertenencia sin dudas que es este, la gente me aprecia mucho.

No se si lo tomo como terminar mi carrera porque yo no quiero terminarla, aunque se que esta pasando porque debo ser realista y se que son mis últimos años, aunque tal vez sea mi ultima etapa y finalice mi carrera acá.

Igualmente yo me siento muy bien y quiero seguir jugar, siento ganas y me físicamente me encuentro bien, sigo amando lo que hago y levantándome con alegría a entrenar.

 

¿Tres entrenadores que te hayan marcado en tu carrera?

 

El primer nombre que se me viene es Roland Marcenaro porque sin duda fue uno de los que más me enseño, después seguiría con Gregorio Pérez y termino la lista con Bilardo.

 

¿Que jugador te aportó o marco más como compañero?

 

Te podría nombrar muchos pero me quedo con la brujita Verón cuando tuve la oportunidad de entrenar con el en Estudiantes porque en ese momento se estaba recuperando de una lesión que sufrió en el Chelsea y eligió a Estudiantes para realizar ese proceso por unos meses. El sin dudas es uno de mis grandes ídolos en el fútbol y el haber podido jugar con el en las practicas fue increíble.

 

Si te dieran a revivir un partido en tu carrera ¿Cuál sería?

 

El partido que me sentí más alegre fue el de la final Danubio – Nacional que irónicamente es uno que no jugué, pero lo sufrí mas que cualquier otro partido que jugué en mi carrera. Recuerdo el momento del gol en la hora y el haber sido campeones fue de las mayores alegrías y momentos más felices que viví en el fútbol.

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