Faltó celeridad para la suspensión de los encuentros en la Capital.
Luego de una lluvia torrencial que azotó a Montevideo durante la madrugada del viernes y la mañana del sábado parece poco creíble que la determinación de la suspensión del encuentro matutino que debían disputar Villa Teresa y Juventud haya recaído sobre el árbitro Javier Bentancor quién en forma correcta dijó “acá no se puede jugar”.
En un momento en que los recursos escasean, la Mesa Ejecutiva de la Segunda Profesional presidida por Elias Zumar, debió por lo menos dos horas antes suspender el cotejo y no hacer trasladar a los planteles, personal de recaudación, policías, periodistas y todo lo que mueve el fútbol de la “B” hacia el Parque Nasazzi.
Pero la falta de criterio no terminó en éste hecho sino que después de conocerse el estado en que se encontraban los escenarios del Parque Batlle tanto dentro como fuera de ellos, recién sobre las 13.30 horas se determinó la suspensión de los dos encuentros.
A pesar que dicha determinación en los papeles fue correcta y reglamentaria, la misma se podía haber tomado muchas horas antes basados en la lluvia constante, truenos y relámpagos que vivimos en la mañana del sábado.
En nuestro caso que teníamos planificado concurrir al encuentro entre Miramar Misiones y Albion debimos de tomar la decisión de trasladarnos hacia Canelones pese a que a esa hora la Mesa Ejecutiva de la Segunda División Profesional todavía estaba en idas y vueltas.